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En un contexto global marcado por la urgencia climática y la transición hacia energías limpias, la minería enfrenta uno de los mayores retos de su historia: reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sin dejar de responder a la creciente demanda de minerales clave como el cobre. Sobre este tema reflexionó Tamiko Hasegawa, gerente de Innovación y Sostenibilidad de Anglo American en Perú, durante su participación en el evento Perú Energía Sur 2025, realizado en la ciudad de Arequipa.

Desde su experiencia en una de las operaciones más modernas del país, Hasegawa presentó los avances, retos y aprendizajes de Quellaveco en el camino hacia la descarbonización. Un recorrido que, según afirmó, no solo implica mejoras tecnológicas, sino también una transformación profunda de la forma en que se entiende y se hace minería.
Recordó que la industria minera se ha comprometido con alcanzar cero emisiones netas de GEI de alcance 1 y 2 para el 2050, una meta impulsada por el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), una institución que agrupa a las mineras más importantes del planeta y del que Anglo American forma parte.
En esa línea, contó que Quellaveco ya ha dado pasos importantes: su operación se abastece al 100% con energía renovable y cuenta con la primera flota de camiones autónomos del país y la más grande de Sudamérica.
Estas medidas evitaron la emisión de más de 123 mil toneladas de CO₂ solo en el 2023, un avance tangible en la reducción de emisiones directas. Sin embargo, Hasegawa enfatizó que el trabajo recién comienza.
Lo que se ha logrado y lo que falta
En su presentación, Hasegawa explicó que la estrategia de descarbonización de Anglo American se basa en tres pilares: cambio de matriz energética, eficiencia operacional y tecnología. Bajo ese enfoque, Quellaveco ha implementado una operación minera 100% digital, con un Centro Integrado de Operaciones en la mina que permite optimizar procesos en tiempo real y reducir el consumo energético.
Además, la empresa ha incorporado el uso de fuentes renovables no convencionales, como la energía solar que abastece las siete plantas de tratamiento de agua desarrolladas junto a las comunidades.
Pero el gran reto está en las emisiones de alcance 3, es decir, las asociadas a sus proveedores, contratistas y a la cadena de suministro. “El alcance 3 es nuestro mayor desafío, porque involucra a terceros. Por eso debemos trabajar en colaboración, generando incentivos y capacidades para que toda nuestra cadena de valor avance hacia una economía baja en carbono”, refirió Hasegawa.
Más allá de los avances tecnológicos, la ejecutiva recalcó que la descarbonización es también una oportunidad para transformar a la minería en un motor de desarrollo sostenible. “Estamos hablando de un modelo que pone a las personas en el centro, impulsa otras actividades productivas y apuesta por la innovación para resolver desafíos complejos, como el cambio climático”, señaló.
“Para avanzar hacia la carbono neutralidad no basta con la voluntad de las empresas. Se necesita una visión compartida, que incorpore innovación, regulaciones adecuadas y participación activa de todos los actores”, concluyó.