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En el sur del Perú, la cultura Chiribaya dejó una huella indeleble entre los años 900 y 1350 d.C., asentándose principalmente en el valle del río Osmore, en la actual provincia de Ilo, departamento de Moquegua.

Este legado preinca, basado en una avanzada organización social y económica, destaca como un ejemplo de cómo el conocimiento ancestral puede dialogar con las innovaciones modernas, particularmente en una región como Moquegua, donde hoy se sitúa Quellaveco, la operación minera de Anglo American.

Anglo American Perú

Crédito imagen: Museo Contisuyo / Raul Menaut

Los chiribaya demostraron una notable habilidad para aprovechar su entorno diverso, desarrollando una agricultura extensiva de cultivos como el maíz, el camote y la lúcuma, complementada con una ganadería de camélidos y la actividad pesquera en las costas del Pacífico.

Su manejo de recursos se extendió a la textilería, utilizando la fibra fina de llamas domesticadas; y a la metalurgia, especialmente en la de cobre y la de oro, usando sus conocimientos para fabricar herramientas y ornamentos ceremoniales.

Estas prácticas subrayan una afinidad temprana con la transformación de los metales, un primer esbozo de las actuales operaciones mineras que integran tecnología avanzada para la extracción y procesamiento responsable de minerales como el cobre y el molibdeno.

Anglo American Perú

Crédito imagen: Museo Contisuyo

La cultura Chiribaya no solo sobresalió en la gestión de estos recursos, sino también en la innovación.

La cerámica policroma, con motivos geométricos y zoomorfos, y los tejidos complejos reflejan un dominio técnico que se vinculó a las redes de comercio que abarcaban desde el altiplano hasta las selvas orientales. Este intercambio de bienes y conocimientos sentó las bases de una prosperidad que tuvo a la conectividad como uno de sus principios.

Entre los hallazgos más fascinantes de la cultura Chiribaya destaca el perro pastor chiribaya, una raza autóctona descubierta por la antropóloga Sonia Guillén en los años 90. En un cementerio exclusivo para estos canes, se encontraron más de 40 momias preservadas que evidencian su valor como pastores de llamas y alpacas, esenciales en la economía chiribaya.

Además, su sepultura con respeto sugiere que también fueron compañeros estimados por las familias de la época.

Anglo American Perú

Crédito imagen: Museo Contisuyo / Tomasz Kolomasnki

Preservando la memoria cultural

Hoy, el Museo Arqueológico Preinca Chiribaya en El Algarrobal, Ilo, resguarda y celebra este legado. Inaugurado en 1993, el museo acoge momias, cerámicas, textiles y herramientas que ilustran la vida cotidiana de esta cultura en la antigüedad.

Al igual que los chiribaya, quienes transformaron su entorno con ingenio y respeto, Quellaveco lidera la innovación en minería con prácticas responsables. La mina digital emplea tecnologías de última generación, garantizando su eficiencia y sostenibilidad en la extracción de cobre, un mineral esencial para la transición hacia una economía verde.

Anglo American Perú

Crédito imagen: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo

La historia de los chiribaya no solo enriquece la identidad cultural de Moquegua, sino que también inspira un diálogo entre el pasado y el futuro, conectando su legado con el presente y los desafíos de una minería moderna y sostenible que apunta al progreso de los moqueguanos.