El cobre está muy presente dentro de una vivienda. No se percibe a simple vista, pero es un elemento básico para que muchas cosas de uso común funcionen.
Por ser un gran conductor de la electricidad, todos los artefactos y equipos electrónicos del hogar tienen cobre en diferentes componentes, desde los aparatos de radio hasta los celulares. También posee cualidades para proteger los líquidos de contaminantes, por eso las tuberías de cobre son más resistentes a la corrosión y evitan el crecimiento de bacterias. Por la misma razón son ideales para cabezales de duchas y grifos de lavatorios.
Es un material esencial en la construcción: es resistente, durable y versátil. Una vivienda con más cobre en sus estructuras-cableados, tuberías, revestimientos y acabados- es más eficiente en el uso de energía, es sostenible y es una inversión a largo plazo para aumentar el valor de la propiedad.
También es uno de los metales que mejor se puede reciclar. Por esa razón, los objetos que tienen cobre en sus componentes y que dejan de funcionar poseen un nuevo valor. Hay que saber disponer de estos elementos para que vuelvan a utilizarse y, de esta manera, contribuir en la reducción de la contaminación del medio ambiente.