En los próximos años se vislumbra una mayor demanda de cobre como producto de la mayor fabricación de vehículos eléctricos. El cobre es uno de los principales componentes de estos vehículos por ser el metal que mejor transmite la electricidad. En el 2020, la demanda de cobre para este sector fue menor a 500,000 toneladas, pero según la consultora internacional CRU se espera que alcance 1.5 millones de toneladas en el 2025 y 3.3 millones de toneladas en el 2030.
Vehículo con pila de combustible eléctrica, en Reino Unido.
En el mundo, la electromovilidad se está desarrollando lentamente y sus impactos reales aún no son notorios. Pero en la tarea global de reducir progresivamente las emisiones de carbono, los vehículos eléctricos y sus redes de carga seguirán creciendo y este negocio será fundamental para tener una mejor visión del mercado del cobre en el futuro. Según un estudio realizado para la International Copper Association (ICA), en diez años (2017-2027) el cobre destinado para la electromovilidad podría crecer hasta nueve veces.