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Mejorar constantemente nuestro desempeño ambiental en las operaciones mineras, es un desafío que en Quellaveco se resuelve con innovación. Un ejemplo concreto es el uso de los principios de la Economía Circular para reaprovechar los revestimientos, uno de los componentes más importantes en los molinos que procesan nuestro mineral que viene de mina.

Esta es una iniciativa pionera en Sudamerica que es desarrollada por la empresa Bradken junto al equipo de Quellaveco. El proyecto está diseñado para reducir residuos y fortalecer la sostenibilidad de nuestras operaciones.

Conoce cómo aplicamos la economía circular.

Los revestimientos internos de los molinos, conocidos también como liners, son piezas macizas y alargadas que pueden medir hasta dos metros de largo y con pesos de 4 toneladas. Fabricados en acero o material híbrido, suelen ser de color oscuro, como negro o gris metálico, con superficies moldeadas que incluyen ranuras y protuberancias diseñadas para optimizar la molienda.

Estas piezas no solo protegen el interior del molino del desgaste provocado por toneladas de roca triturada diariamente, sino que también ayudan a dirigir el movimiento de las partículas, mejorando la eficiencia del proceso.

¿Cómo funciona este modelo de economía circular en Quellaveco?

En Quellaveco, los equipos de Bradken y Anglo American han implementado un modelo innovador que maximiza el aprovechamiento de los liners, esenciales para proteger los molinos durante el procesamiento de minerales.

Estos revestimientos, una vez que llegan al final de su vida útil, son retirados y enviados de vuelta a Quellaveco. En las fundiciones de Bradken, los liners usados son reciclados y transformados en nuevas piezas.

Estas renovadas unidades regresan a Quellaveco para ser instaladas durante las siguientes paradas de planta en los periodos programados de mantenimiento general. Este modelo de economía circular refuerza nuestro enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia operativa.

Así, al reincorporar los liners al ciclo productivo, se disminuye la cantidad de desechos enviados a vertederos. Además, al evitar la extracción de nuevos recursos, reducimos la deforestación y la alteración de hábitats naturales. Finalmente, el 75% de la energía empleada por Bradken proviene de fuentes renovables como solar, eólica e hidroeléctrica.

Es importante resaltar que Bradken, en alianza con su socio local DKAF, emplea personal de la región Moquegua para llevar a cabo estas actividades, contribuyendo al desarrollo económico y social de las comunidades cercanas a Quellaveco.

El éxito de este proyecto abre la posibilidad de replicar este enfoque con otros componentes críticos de Quellaveco, extendiendo así los beneficios de la economía circular a diferentes áreas de la operación.