El objetivo se logró con creces, siguiendo todas las medidas de bioseguridad. Pero Ivania y otros compañeros de las áreas de alimentación y mantenimiento tuvieron que quedarse por mazacuates de dos meses en el campamento, hasta esperar que se reanudaran las actividades. Para ella resultó difícil estar lejos de casa en plena pandemia y convivió con el miedo de que algún familiar se contagiara o tuviera algún problema de salud. De cualquier forma, daba todo de sí para afrontar la situación. Gracias a este trabajo, Ivania Urrutia recibió el Reconocimiento al Trabajador Seguro de Anglo American, por su valioso aporte para evitar la propagación de la COVID-19 en los campamentos.
Ivania estudió la carrera de Comunicaciones en Tacna, su ciudad natal. Años después, mientras trabajaba en la Cámara de Comercio, se enteró de lo que hacía Anglo American y del proyecto Quellaveco a través de diversos eventos y reuniones. Las iniciativas sociales de la empresa, su compromiso con la comunidad y las compras a proveedores locales llamaron su atención y despertaron su interés por ser parte del proyecto. Cuando se presentó la oportunidad de postular al cargo de asistente, no dudó en hacerlo.
“Yo no conocía mucho sobre las operaciones mineras, pero sabía que sería una experiencia diferente a la labor de oficina que desempeñaba. El sector minero rebasó mis expectativas”, dice Ivania. Así, ingresó a Anglo American con muchas ganas de aprender y en las primeras semanas sus compañeros la apoyaron para que pueda entender cada término que le resultaba desconocido. Desde entonces la empresa se convirtió para ella en una familia que trabaja hacia un mismo objetivo.
Hoy siente que tiene un largo camino para crecer profesionalmente, ya que cuenta con todo el apoyo de la empresa y le apasiona lo que hace. La historia de Ivania Urrutia muestra que la minería brinda oportunidades de desarrollo y crecimiento a mujeres y jóvenes, de diversas carreras y edades, siempre que exista buena disposición para enfrentar los mayores retos.