En su casa encontró la motivación para marcar su propio camino. En las vacaciones escolares apoyaba en la empresa de sus padres, dedicada a la distribución de vidrios, productos de acero y estructuras metálicas, y allí desarrolló sus primeras habilidades para los cálculos técnicos. Estudió Ingeniería de Minas en la PUCP y accedió a una vacante de intercambio en la Colorado School of Mines de Estados Unidos, una de las universidades más reconocidas en minería.
Andrea Akemi Lucero, allanando el camino para que más jóvenes y mujeres accedan a la industria minera.
Allí despertó su interés por el área de perforación y voladura, y al volver al Perú trabajó en una empresa proveedora de explosivos y luego como ingeniera residente en algunas operaciones mineras. Sin embargo, se topó también con que las condiciones de trabajo para las mujeres en este sector no eran las mismas que para los varones, desde un ejemplo tan básico como no tener equipo de protección personal adecuado para ellas. Las desventajas y los prejuicios la animaron mucho más a ganarse su propio espacio.