El molibdeno, un metal crítico en diversas industrias, ha ganado relevancia por su papel en aplicaciones tecnológicas. Se trata de un metal de transición, es decir, tiene una capacidad excepcional para soportar altas temperaturas sin perder su resistencia a la corrosión. Por ello es hoy un componente vital en múltiples sectores industriales.
Uno de los usos más significativos del molibdeno está en la producción de aceros de alta resistencia y aceros inoxidables. La adición de pequeñas cantidades de molibdeno mejora la resistencia de estos aceros a la corrosión, haciéndolos ideales para su uso en ambientes como plantas químicas, refinerías de petróleo y plataformas offshore.
El molibdeno ayuda a mejorar la calidad de los combustible y reducir las emisiones contaminantes, pues es un componente necesario para el proceso de hidrodesulfuración, en el que se reduce el contenido de azufre de estos. Es además necesario para la fabricación de catalizadores en la industria del petróleo y el gas.
En la industria electrónica, el molibdeno se utiliza en la producción de filamentos para bombillas y pantallas LCD, así como en contactos eléctricos y semiconductores. Su alta conductividad eléctrica y térmica, combinada con su resistencia al calor, lo hacen ideal para estos componentes de alta precisión.
El Perú es uno de los principales productores de molibdeno en el mundo, y su producción ha aumentado significativamente en las últimas décadas debido a la expansión de la minería del cobre, en la que el molibdeno se extrae como un subproducto.
El país cuenta con importantes yacimientos de molibdeno asociados a minas de cobre, entre ellas nuestra operación minera Quellaveco, que hasta junio de 2024 producía el 15% del total de este importante metal.